Hemos visto cómo la tecnología se ha desarrollado al punto de brindarnos videojuegos que permiten una alucinante experiencia visual y sonora plasmada en mundos creados para el entretenimiento. La historia que se cuenta, entonces, cumple un rol igual de importante que muchos otros factores.

Estas historias son, en definitiva, un puente entre lo digital y lo humano, entre lo virtual y la realidad.

Hace unos años, el desarrollo y consumo de juegos se centraba en procesos mecánicos donde la gente sólo buscaba poner a prueba sus habilidades físicas, situación que al día de hoy ha cambiado. Los juegos lanzados presentan una experiencia más profunda sin descuidar, por ello, la interactividad o calidad. 

Una narrativa o storytelling es una función muy importante en un videojuego porque las personas creamos, consumimos y nos nutrimos de historias. Pensemos en sucesos tan cotidianos como recordar algo y contárselo a una amistad: empleamos distintos recursos, gestos, tonos de la voz. Por ello, la emoción y el impacto que pueda causar en un oyente o público dependerá de su consistencia, coherencia y la manera en que su trama se articule. Estadísticamente, los juegos dotados de una buena historia suelen situarse en la parte alta de la tabla en el ranking de los que son completados por los usuarios, y esto se debe a lo atrapante de la historia y la necesidad generada de jugar a la vez que se está inmerso en un relato. La propuesta es ser el protagonista de una aventura particular, por lo que la interactividad es un elemento clave. 

La narrativa en los medios, durante gran parte de su historia, ha tenido un formato en el que la comunicación limitaba a la audiencia al único papel de espectador, mero intérprete. La interactividad plantea un cambio rotundo de paradigma, ya que en los juegos hay una serie de posibilidades que pueden cambiar la historia por la decisión del jugador. Por otra parte, el desarrollo del juego puede suscribir o resaltar la idea narrativa, de forma que nos ayuda a entenderla, sentirla e interactuar con ella de una forma mucho más orgánica, dando respuestas a intereses con potenciales más profundos.

Un videojuego con un gran trabajo en su storytelling contendrá historias con giros inesperados, reveses, personajes y diálogos interesantes, complicaciones y consecuencias, todos insertados en la línea argumental. Una característica común entre la narrativa y el arte es que ambas se nutren de la sorpresa, lo inesperado. Al igual que en el cine, los elementos se disponen de forma que avanza la historia y se consigue llevar al espectador hacia el final pretendido, pero con la sutileza suficiente para que el jugador se sumerja en el “viaje” convencido de tener total manejo sobre el destino. Bien logrado, el jugador no querrá soltar el mando, porque necesita ver lo que sucede a continuación. El ingrediente para que un juego te “enganche” por completo es una historia que quieras vivir a través de la pantalla, y por supuesto, como se trata de un juego, superar lo que se plantea como objetivo.

Un buen referente de la narrativa interactiva moderna es la compañía Quantic Dream. Desde sus inicios nos ha planteado historias en las que nosotros elegimos las decisiones que tomamos, qué respondemos a una conversación o si nuestro protagonista vive o muere, asumiendo las consecuencias de nuestros actos (algunas de sus obras como Heavy Rain, Beyond: Two Souls o su último éxito Detroit: Become Human, son ejemplos de ello).

Observemos también -caso que está ahora en boca de todos por su adaptación como serie televisiva-  la relación interpersonal del dúo de protagonistas de The Last of Us o, también, God of War, con una muy buena recepción del púbico y la crítica. 

En los videojuegos convergen muchos tipos de arte: ilustración, diseño de escenarios y personajes, animación, banda sonora, guión… Una amalgama de artistas que crean, en base a muchas ideas, un engranaje perfecto listo para brindar una experiencia en el hogar de cada gamer. Además, la presencia cada vez más frecuente de actores, actrices o deportistas famosos que dan voz a personajes, así como conferencias y eventos como el E3 o Gamescom generan un importante añadido a la industria.

Los videojuegos interactivos y sus distintos géneros nos brindan mundos abiertos apasionantes con multiplicidad de opciones que se acercan a la dinámica de la realidad. 

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